Chichén Itzá y los reinos perdidos de México
Viaje al Yucatan de las grandes piramides de la cultura clasica y post-clasica Maya: Chichen-Itza, Tulum, Uxmal y Ek´Balam.
El Templo de Kukulcán, una pirámide de siete niveles construida hacia el siglo trece por los antiguos mayas en la ciudad de Chichén Itzá, en el centro de Yucatán, México, es una de las siete maravillas del mundo contemporáneo. Representa para los latinoamericanos un orgullo que además de Chichén Itzá fueran elegidas en julio pasado también la ciudad Inca de Machu Picchu en el Perú y el Cristo Redentor en Brasil, en un concurso masivo cultural a nivel global sin precedentes en la historia.
Para conocer más a fondo la historia de esta civilización se hace necesario ir a Yucatán, adentrarse en el mundo perdido de los mayas y palpar personalmente esta maravilla que fuera el más famoso templo de la ciudad Maya que sirvió como centro político y económico de esta civilización milenaria. El Templo llamado también El Castillo, además de rendir culto al dios de Kukulcán servía como un calendario agrícola que señalaba la llegada del equinoccio de primavera.
Un detallado reportaje de este viaje se encuentra disponible para publicacion.
El Templo de Kukulcán, una pirámide de siete niveles construida hacia el siglo trece por los antiguos mayas en la ciudad de Chichén Itzá, en el centro de Yucatán, México, es una de las siete maravillas del mundo contemporáneo. Representa para los latinoamericanos un orgullo que además de Chichén Itzá fueran elegidas en julio pasado también la ciudad Inca de Machu Picchu en el Perú y el Cristo Redentor en Brasil, en un concurso masivo cultural a nivel global sin precedentes en la historia.
Para conocer más a fondo la historia de esta civilización se hace necesario ir a Yucatán, adentrarse en el mundo perdido de los mayas y palpar personalmente esta maravilla que fuera el más famoso templo de la ciudad Maya que sirvió como centro político y económico de esta civilización milenaria. El Templo llamado también El Castillo, además de rendir culto al dios de Kukulcán servía como un calendario agrícola que señalaba la llegada del equinoccio de primavera.
Un detallado reportaje de este viaje se encuentra disponible para publicacion.